Carta abierta a la nación

Del escritorio de Walter J. Fomi Jr, México, 9 de mayo del año 2009

Mis queridos compatriotas. Desde que nací he velado por impartir justicia y verdad a dónde quiera que voy. He ocupado mi privilegiado cerebro y otras partes de mi cuerpo igualmente asombrosas en determinar la identidad de nuestro enemigo común que se oculta, ponzoñoso, en las más tenebrosas sombras del anonimato.

Tengo resultados concluyentes, terroríficos y concluyentes y debo de darlos a conocer. Debo de ser valiente. Mi abuelo me inculcó eso. Nuestro enemigo es más grande y poderoso de lo que creemos. Walter Fomi senior no murió devorado por monjas nazis holandesas para que su bisnieto se acobardara y no les compartiera la verdad.

Son mimos. Toooodo esto es obra de los mimos. La influenza, la histeria colectiva. Los mimos, esas criaturas monocromáticas que nos odian y odiamos. Ya intentaron implantar su doctrina en la sociedad el año pasado con los emos y sus playeritas rayadas maricas. Odian nuestra libertad, son fascistas enemigos de la democracia. Creen que no haremos nada para detenerlos.

El comercial que sacaron enseñandonos a lavarnos las manos y a desinfectar madres solo es un ensayo. Un ensayo para averiguar hasta que punto pueden controlar a la población. El panorama a futuro se nota obscuro y nebuloso pero sobre todo silencioso, mis amigos, eso si los dejamos manipularnos. Harán llorar a nuestros niños, manosearán a nuestras abuelitas y harán que los gueyes nos pintemos la cara igual de maricas que ellos. Sé que algunos se mostrarán incrédulos. A mí también me costó asimilarlo. Deseaba tanto equivocarme. Después deseé que no fuera verdad, estar muerto. Luego cómo que me dieron ganas de ver porno de lesbianas disfrazadas de personajes de Oye Arnold. Y al final lo he aceptado.

No podemos dejar que los mimos nos dominen, camaradas. Es prioritario organizar la resistencia. Y hoy señores, hoy, se ha dado el primer y glorioso paso.

FIN DEL COMUNICADO